NOTAS:
Los cuatro flameros -pináculos decorativos-, situados en la parte superior, dotan de un perfil característico a este emblema de la Concatedral, con un diseño atribuido al maestro Pedro Marquina y cuya construcción se prolongó durante el siglo XVI.
Desde ella puede observarse una panorámica de 360º, todo el conjunto monumental de la ciudad de Cáceres, Patrimonio de la Humanidad, considerado de los mejores conservados de toda Europa.